Basado en un hecho real.
Detrás del gran cortejo fúnebre que despedía al senador de la república, Oswaldo Ramírez Garza, perdido entre tanta gente de traje y lentes oscuros, el viejo Rómulo disimulaba el llanto debajo del sombrero de paja. Josefo, su hijo, lo sujetó del brazo. Tenía idea de que su padre había querido mucho a don Oswaldo, pero nunca a ese grado, jamás lo había visto llorar así.