–¿Qué te vas a dónde?, ¿Así es que te crees que ya eres un hombre? Piensas que puedes andar por la vida arrojando humo sin reparar en el tiempo perdido y vaciando botellas con Ernesto. Vaya amigo, es todo un monstruo a sus catorce.
A ver, señor, muy bien pongámonos de acuerdo. Si crees que abandonar la escuela para recorrer el mundo en busca de aventuras y fortuna es lo más inteligente para un joven de tu edad, es que has perdido la cordura. Y no me vengas con el cuento aquel de que tu tío Manuel no tuvo estudios y llegó a Senador. Vaya ejemplo, el borracho de tu tío. Cinco matrimonios y ve tú a saber cuántos hijos regados. ¡Madura, niño, madura!