Página suelta del diario de Martín Santomé. La Tregua, Mario Benedetti.
Una gran disculpa, amigo Mario Benedetti. Estoy consciente de que mi atrevimiento esta vez no distinguió fronteras. Fue inevitable. No sé si a usted le pase igual que a mí, pero siento una gran angustia, un remolino en el estómago por los huecos que dejaron las páginas no escritas de “La Tregua”.